La enseñanza como sistema
Didáctica y escolarización
La enseñanza es una actividad que puede circunscribirse a la relación entre un grupo de estudiantes y
sus profesores. Pero también puede analizarse en el marco de los grandes sistemas escolares que son la
organización institucional de la enseñanza en nuestras sociedades. La educación hoy en día se realiza
mediante la incorporación de grandes grupos de la población en un sistema, secuenciado por niveles,
que los reparte en grupos y los hace avanzar progresivamente de grado en grado, en el cumplimiento
del plan de estudios, estableciendo algún sistema de créditos, credenciales y títulos. Estamos acostumbrados
a pensar la educación en estos términos porque es la manera en que las sociedades modernas
organizaron su proceso educativo.
Estos sistemas no nacieron de un día para otro, aunque se expandieron con asombrosa velocidad en la
última mitad del siglo XIX. Es posible encontrar los antecedentes de las actuales escuelas en prototipos
institucionales y tecnologías previamente desarrolladas: las escuelas caritativas, la enseñanza monitorial,
los primeros curricula universitarios. El desarrollo de la didáctica no es, probablemente, ajeno
a este proceso y está ligado, primero, con la expansión de la educación básica y, prontamente, con la
formación de los sistemas de escolarización universal1. La didáctica nace ligada a la idea de educación
para todos. Una misión que, históricamente, asumen las sociedades modernas, como parte del proceso
de inclusión en un espacio político común y en un mercado unificado
La enseñanza como actividad. Enseñar y aprender.
La educación como teoría y como práctica conoce entre el siglo XIX y el XX dos fuertes corrientes de pensamiento.
Una de ellas es la que conocemos como escuela tradicional, centrada en la fi gura del profesor,
en su capacidad de modelización, en el conocimiento bien establecido, en el texto y en el método. Era el
ideal de una escuela que creara un ambiente especial para el diálogo con el pasado, y donde el profesor
era la fi gura capaz de mediar entre este buen conocimiento del pasado y los alumnos.
Hacia fi nes del siglo pasado y principios de éste, se opera, en términos del pensamiento educativo,
Aportes para el desarrollo curricular
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Didáctica general
una auténtica revolución. Lo que algunos llamaron “giro copernicano en educación” o “revolución paidocéntrica”.
Se comienza a pensar la educación centrada en el niño, en su actividad, en su vida actual.
Se promueve una escuela abierta que permita que la vida “entre” en la escuela y que los niños puedan
vivir en la escuela su presente, como un modo de desenvolverse de un modo creativo hacia el futuro. Es
lo que se conoció como “movimiento de la escuela nueva”. El movimiento de la escuela nueva procura
cambiar la responsabilidad de la educación, de la tarea del profesor a la autoactividad del alumno, y
redefi ne los roles de la institución y de los que participan en ella.
Si bien la escuela tradicional era una escuela fuertemente metódica, centrada en el profesor, la escuela
nueva no fue una escuela menos metódica: modifi có los métodos, pero no los desdeñó. Al contrario,
desarrolló dispositivos de trabajo rigurosos. Muchos de los actuales métodos activos, centrados en el
niño, reconocen su herencia en métodos desarrollados entre fi nes del siglo pasado y principios de éste.
Esta aclaración con respecto al método tiene alguna importancia porque hoy se advierten prevenciones
con la idea de método. Sin embargo, la enseñanza siempre recurrió a formas metódicas y sistemáticas
para realizar sus tareas. Como luego se verá, esas formas pueden ser más abiertas o cerradas, sin embargo,
siempre son, en sus términos, ordenadas y rigurosas. Pero, además, también se extendió cierta
desconfi anza con la propia idea de enseñanza. La enseñanza aparece muchas veces asociada con el
ejercicio de un control relativamente enajenante sobre la voluntad del sujeto por parte de otro.
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